dimecres, 17 de març del 2010

Morir en septiembre

Poesia de Mamerto Menapace, monjo benedictí de Los Toldos (Pcia. de Buenos Aires). Setembre, a l'hemisferi sud, és el mes en que comença la primavera, i les pruneres i els presseguers floreixen. "Morir en septiembre"... morir en primavera, quan tot reneix al nostre voltant.


Buscando una huella me largué a los rumbos

y anduve caminos amando el tierral

la huella se alarga, la meta no llega

la estrella me invita a seguir nomás.


Amé los caminos que creía míos

hoy veo que aquellos son sólo de Dios.

Voy dejando amigos, que toman desvíos

misterios distintos del que vivo yo.


La historia se ensancha, la huella se estrecha,

la vida se encoge: quiere madurar.

Todo mi follaje busca la semilla

sabe que por ella ha de madurar.


La vida no acaba bajo la cosecha.

Yo sé que en mi vida, morir es callar.

Creo en el mañana, tengo fe en la tierra:

ella permanece para mi trigal.


Sigo su camino buscando una huella

con toda mi alma quisiera ser fiel.

En cada acampada arrollo mi carpa

no quiero taperas si no he de volver.


El que está en camino nunca se despide,

libre, como el viento, saluda al pasar,

su sola querencia anida en la meta

que aun no conoce, pero alcanzará.


Todo lo que vive hacia allí camina

sigue el mismo rumbo que camino yo.

Un día el encuentro volverá a reunirme

con lo que dejado por buscar a Dios.


Morir en septiembre, cuando todo estalla

blanquea el ciruelo despertando en flor,

cuando el duraznero se viste de nuevo

y todo renace a mi alrededor.


Dejare el invierno como algo pasado

al que no se vuelve para nostalgiar

meterse en la vida, brotar en la tierra

y con ella irse para el más allá.


Si busco la vida no hay otro camino:

es duro morirse, pero hay que morir.

Sangrando en la huella, me voy sur adentro

no puedo negarte de nuevo mi sí.


Mamerto Menapace


dimarts, 16 de març del 2010

Saber morir quan cal...


A les ermites de la meva terra mare es pot llegir, al traspassar el recinte que ens introdueix del món al reclòs sagrat, aquest petit escrit que a continuació transcriuré...


* * * * *


Tu, oh mortal

que entras por esta puerta:

detén el paso y advierte

que este sitio te convida

a que mueras en la vida

para vivir en la muerte.


Y con más atención considera

que el consuelo de morir sin pena

vale la pena de morir sin consuelo.


* * * * *


Pot semblar de mal gust, fins i tot, als versets finals, s'hi pot observar una falta d'expressió. No ho sé. Però la mort és una realitat forta i, fins i tot, atraient, com l'amor.


Deixeu-me que m'esplai, doncs, en moments de mort interior, amb aquesta petita poesia ermitana, de senzillesa pagesa i regust post-tridentí, però que ens posa cara a cara amb una veritat: a vegades, cal saber morir.